MOVILIZACIONES
SOCIALES, EMPLEO Y COVID
Jose Roberto
Ballesteros Coca
Los últimos días en diferentes regiones
del país se fueron dando movilizaciones en un contexto que prohíbe estas formas
de expresión, a partir de la declaratoria de emergencia sanitaria nacional que restringe
la circulación de personas, con excepción de movilizarse para hacer el
abastecimiento de alimentos. En ese contexto, no podemos dejar de preguntarnos ¿A
qué responden estas formas expresiones de la población? ¿Será una motivación
eminentemente política, como afirman personeros del gobierno? ¿Cuáles son las
condiciones económicas y sociales de las personas que participan en estas
formas de expresión?
Es conocido por todas y todos que la
actual coyuntura que atraviesa el país responde a un fenómeno de carácter
planetario, como es la Pandemia del Coronavirus (Covi-19), cuyos efectos
focalizan su mayor letalidad en personas arriba de los 70 años. Es de suponer
que esta situación no es ajena y de desconocimiento de la mayor parte de la
población, incluido de los sectores sociales que tienen menores recursos
económicos, gracias a la relativa facilidad de acceso que hoy dan las TICs
(Tecnologías de Información y Comunicación) para contar con diversas fuentes de
información
Creemos, que parte de la explicación de
estas movilizaciones espontaneas de la gente, especialmente de personas y sectores
sociales con menos condiciones económicas, puede explicarse por la necesidad de
contar con recursos e ingresos que les permitan tener los alimentos mínimos que
para enfrentar el tiempo que dure la emergencia sanitaria, que por los datos y la
tendencia que se da desde el viernes 3 de abril lo más probable es que se prolongue
el periodo de emergencia (bajo cualesquiera de las variantes).
Cuando referimos a que gran parte de la
población no tiene las mínimas condiciones económicas centramos la mirada en la
situación de la población y sus principales características relacionadas con la
ocupación principal y la categoría del empleo, por tanto, aquellas actividades
que principalmente están dirigidas a generar ingresos.
Recurrimos a información oficial obtenida
de la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE), datos al 2017 que
no cambiaron significativamente a la fecha. El objetivo del siguiente cuadro es
acercarnos a una de las variables importantes para enfrentar de mejor manera el
Covid-19, desde la composición de la población boliviana por condición de
actividad.
Vemos que prácticamente 1 de cada 2 personas,
para ser precisos el 49.83%, en el país conforma la Población en Edad de
Trabajar (PET), es decir, la encargada de generar ingresos para la familia
(5.587.807 personas de una población total de 11.216.272); mientras, que la Población
Económicamente Inactiva (PEI) llega al 30% de la población total, y el 20% compuesta
por población económicamente inactiva de forma permanente (compuesto mayormente
por personas la tercera edad y que tienen alguna forma de renta, llámese renta
de jubilación y/o renta dignidad).
Otra información importante y
complementaria al cuadro anterior está dada por la composición de la población
por la ocupación principal en la categoría de empleo, cuyas actividades son
desarrolladas diariamente para la generación de ingresos.
Se puede observar que de la Población
Económicamente Activa, 4982% de la Población Total (PT), que llega a 5.396.338,
nos recuerda que y focaliza nuestra atención de que el 42.1% realiza
actividades generadoras de ingreso en la categoría de empleo de Trabajador(a)
por cuenta propia, el 17.8% es Trabajador(a) familiar o aprendiz sin
remuneración, las categorías de Obrero(a) que alcanza a 6.9% y Empleada(o) del
hogar del 2%.
Entonces, prácticamente 7 personas, 68.8%, de la Población
Económicamente Activa ubicadas en estas categorías de empleo diaria o
semanalmente realizan sus actividades que directa o indirectamente contribuyen
en la generación de ingresos para la familia. De ahí que, dadas las condiciones
necesarias de emergencia sanitaria que ya superan 14 días no puede dejar de
preocuparles a partir que no cuentan con los recursos para dotarse de
alimentos.
Por supuesto que los elementos arriba
mencionados intentan contribuir y recordarnos algunos elementos que forman
parte de las condiciones económicas de la población que ligado al contexto de
la pandemia del Coronavirus nos pueden ayudar a la revisión, complementación
y/o generación de políticas públicas de emergencia nacional, y dejar de
recurrir al fácil recurso de etiquetar de motivación “política”.
En nuestro criterio es importante
considerar que:
·
Es posible, y casi
inevitable, que la población que no cuentan con actividades generadoras de
ingreso, canalizaran sus demandas por diferentes medios, y calificarlas de carácter
político, no es lo correcto. Por el contrario, hay que escucharlas, convocarlas
y ver cuáles son necesidades y preocupaciones actuales y futuras.
·
En lo que resta de
tiempo para la conclusión de la gestión, la mirada de la coyuntura debiera ser de
más Estado y menos mercado. Las medidas tienen ser construidas y digeridas a
partir de escuchar a la gente y sus organizaciones de forma sectorial y
territorial.
·
Hay la necesidad que
las medidas de emergencia planteadas en términos de políticas públicas que canalicen
ingreso y/o alimentos a estos sectores de la población que se ven impedidos de
desarrollar sus actividades (Trabajadores por cuenta propia, obreros jornaleros,
trabajadoras del hogar). Iniciativas y experiencias de ollas comunes, ferias
solidarias y otras, son parte de estos recursos.
·
La sociedad boliviana
tiene una enorme y rica experiencia en las formas de organización para
enfrentar y satisfacer sus demandas y necesidades. De ahí que movilizar y abrir
espacios de participación de gente sus organizaciones para solucionar sus
problemas y los relacionados con el coronavirus son vitales. Los niveles
intergubernativos (nivel central, departamental, regional y municipal) tienen
que aportar con la generación de condiciones técnicas y operativas para
canalizar las iniciativas de la gente organizada.
·
Es claro que
ingresaremos a una fase bastante delicada sobre el desarrollo del Covid-9 y la
ampliación del periodo de emergencia (nacional y/o regional). Por lo cual, es
necesario fortalecer el nivel subnacional, especialmente de los municipios, el
nivel central tiene que asumir su rol de dirección y de carácter estratégico.
Es en el nivel territorial que se tiene más efectividad y eficiencia para
resolver los problemas.
·
La canalización de
los recursos financieros para las actividades que vienen en el muy corto plazo,
requiere de revisar los presupuestos y ajustarlos a partir de priorizar insumos
contra el Covid-19, actividades generadoras de producción y empleo. Ello supone
reformular los Planes Operativos Anuales de todo el sector público a través de
modificación y ajuste de normativa pertinente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario