viernes, 23 de octubre de 2020

 LA OBSECUENTE ACTITUD DE ALGUNOS PERIODISTAS, MEDIOS DE

COMUNICACIÓN Y ANALISTAS.

Libertad de pensamiento y expresión, sin duda, son derechos irrenunciables en la construcción de sociedades más democráticas. El voto resume y concreta también esos derechos. Parte de las crisis múltiple que afecta al país, fue resuelto el domingo 18 de octubre (18-O), es decir la crisis política.

El ejercicio de la comunicación social lleva consigo al menos tres principios básicos: la equidad, imparcialidad y objetividad (verdad). Las nuevas condiciones post 18-O al menos debieran ser analizadas por varios periodistas y medios de comunicación social, y ajustarse ante el nuevo escenario país.

Después de 1 año de un frente cerrado en contra del Movimiento al Socialismo – MAS y ante la candidatura del Binomio Lucho-David, donde muchos periodistas y medios de comunicación facilitaban y amplificaban las voces de analistas, especialistas en la difusión de críticas y aseveraciones llenas de adjetivaciones en contra del proyecto político y logros gubernamentales del MAS, post 18-O persisten en esta obsecuente actitud.

Hoy 23 de octubre 2020, seguramente el Tribunal Supremo Electoral oficialice la victoria electoral del MAS arriba del 55% de votación, inapelable y mayor al resultado estimado el pasado domingo 18 de octubre que daba al MAS el 52%.

Una buena parte de los periodistas y medios de comunicación pareciera que pretenden menospreciar el triunfo del binomio Lucho-David. No otra cosa puede significar continuar con dar palestra a las voces y manifiestos de actores políticos y entidades que recurren al "ya" inverosímil argumento del “Fraude”.

El pueblo boliviano con una mayoría absoluta del más del 55% optó por la propuesta política del MAS y el binomio de Lucho-David. Mediante el voto y en democracia apostó por resolver parte de las crisis múltiple, tal vez las más significativa, la crisis política. Queda a muchos periodistas, medios de comunicación y analistas repensar su actitud y práctica frente a la equidad, imparcialidad y objetividad en una nueva realidad social y política del país, la cual es muy probable que se ratifique y extienda al nivel subregional. Todas y todos deberíamos aportar con nuestras actitudes y acciones en la solución de los desafíos y problemas comunes que tenemos al frente.                      jrbc

 

lunes, 12 de octubre de 2020

 

LUIS ARCE PUEDE GANAR EN LA PRIMERA VUELTA.

Las estimaciones cuantitativas que nos ofrecen las encuestas, como técnica de investigación, forman parte y se complementa con otras variables de carácter cualitativo que motivan la definición del voto.

Las elecciones del próximo 18 de octubre será prácticamente a un año de las realizadas el 2019. En dichas elecciones se habilitó a 7.315.364 electores inscritos (nacional y exterior), de los cuales emitieron su voto 6.460.515, significando un ausentismo del 11.69%. El mayor ausentismo se dio en los electores del exterior 38.43%, y en el territorio nacional no asistieron a las urnas el 10.38%. (Cuadro N° 1)


Los votos nulos y blancos fueron más elevados en el territorio nacional con el 5.03%, y en el exterior el 3.96%. Por tanto, el total de los votos no válidos alcanzo al 5%.

La referencia de los datos históricos de elecciones nacionales indican, en promedio, que el ausentismo esta alrededor del 10% y los votos no válidos en el 5%. Estos datos representan que más o menos el 15% de los potenciales electores habilitados no participan y tampoco votaran por ninguna candidatura.

El nuevo padrón electoral presentado el mes de septiembre llega a 7.332.925 ciudadanos habilitados en el exterior y a nivel nacional, operándose un incremento del 0.24% respecto del padrón del 2019. En el caso de las personas habilitadas a nivel nacional hay una adición de 0.82%, pero en el padrón electoral de ciudadanos bolivianos en el exterior se redujo en 11.55%. (Cuadro N° 2)



Las últimas encuestas dadas a conocer el domingo 11 de octubre, exactamente a una semana del acto electoral, confirma las dudas y sospechas que tiene gran parte de la población sobre la credibilidad de las mismas.

Entre el 8 y 11 de octubre conocimos 4 encuestas (IPSOS, JUBILEO, MERCADOS Y MUESTRAS, CIESMORI), tres de ellas confirman la preferencia del 42% de la población hacia la candidatura de Luis Arce del MAS (Movimiento al Socialismo) y el 34% a Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana). Las estimaciones tienen mucha proximidad y dan como primero a Luis Arce a menos del 2% para ganar en primera vuelta. La encuesta de Mercados y Muestras (periódico Página Siete) muestra estimaciones cualitativamente diferentes que desentona con las tendencias de las tres encuestas. La encuesta de CIESMORI, con el cálculo de solo votos válidos, da una victoria en primera vuelta al candidato Luis Arce del MAS con el 10.9%. (Cuadro 3)



El próximo 18 de octubre gran parte de la población asistirá a las urnas asistirá con una agenda que prioriza la búsqueda de estabilidad y certezas. Estabilidad económica, social y política que le permita retomar sus actividades cotidianas y proyectarlas en el corto y mediano plazo, además de dejar la incertidumbre empeorada por la pandemia y la ineficiente y pésima gestión pública salpicada de corrupción del gobierno de transición. Y la demanda de certezas entorno a las medidas creíbles y viables de reactivar la economía, el empleo e ingresos, la salud y la educación.

El pasado fin de semana se ratificó la cruzada implícita de gran parte de analistas, comunicadores, medios de comunicación social y sectores empresariales que intensificaron la presión por realizar todo esfuerzo en contra del Movimiento al Socialismo (MAS). Fruto de ello fue la declinación de la candidatura de Jorge Quiroga. El voluntarismo de esta posición no toma en cuenta el hecho que más del 42% de la población no variará su opción política por el MAS.

La sociedad boliviana avanzó bastante en los 38 años de democracia. Enfrentó momentos difíciles de carácter social, económico y político y optó por salidas institucionales enmarcadas en la Constitución Política del Estado.

El tránsito por la democracia representativa, participativa e intercultural con inclusión y equidad social y política es el horizonte por el cual transitará el país. A ello responde el hecho que ahora muchos sectores sociales tienen directa participación y representación política, y hoy expresan su presencia activa en la candidatura del MAS. Esta situación se extenderá a las próximas elecciones subnacionales, como la continuidad de su en el escenario político del país.  

La nueva realidad social y política, a partir del 2005, muy difícilmente cambiará y aquellos sectores sociales que manejaban el aparato estatal y fueron desplazados, tendrán que asumirlo en la perspectiva de construir acuerdos y consensos que le den viabilidad y certezas al país.

La persistencia de la narrativa de forzar una unidad vía la exigencia de declinar las candidaturas presidenciales de oposición al MAS sin posibilidad de ganar las elecciones no cesará hasta el 18 de octubre. El afán de algunos actores políticos de imponer su agenda voluntarista choca con la agenda de prioridades que tiene la mayoría de la población Los llamamientos a la unidad por la unidad desconoce las motivaciones y el rechazo a las prácticas de la partidocrácia el 2005. Así como la imagen que proyecta la presidente transitoria y el Ministro de Gobierno que hace unas semanas arreciaban en contra de Carlos Mesa sin guardar ningún calificativo, ahora invocan el apoyo a Mesa. Ésos son los hechos que gran parte de los electores no quiere que retornen, y será una de las motivaciones a momento de emitir su voto.  

La mayoría de las cuatro últimas encuestas (del 8 al 11 de octubre) nos recuerda la proximidad a los resultados finales de las elecciones generales del 20 de octubre de 2019. En esa ocasión la alianza de Comunidad Ciudadana llegó a una votación de 36.83%, y el Movimiento al Socialismo alcanzó el 46.64%. Datos que cuestionan la tesis del fraude. Sin la presencia de Evo Morales, el MAS tiene la adhesión de al menos el 42% de la población y es la primera fuerza política.  

La reiterada narrativa al llamado “voto útil”, y la declinación de la candidatura de la presidente transitoria Añez no refleja que hayan migrado masivamente a Carlos Mesa. Recordemos que las estimaciones de las encuestas daban entre el 10% a 12% a la entonces candidata Jeanine Añez, votos que no necesariamente fueron e irán hacia Mesa, lo cual coloca en duda la adición directa del llamado al “voto útil” al candidato con mayores posibilidades de enfrentar al MAS. A la par que la candidatura de Luis Arce continúa creciendo.

Tres de las últimas encuestas marcan una tendencia sostenida de triunfo del MAS, y una de ellas (CIESMORI) señala la victoria de Luis Arce con el 10.9% en primera vuelta. En todo caso, es poco probable que esta tendencia se modifique, tendría que suceder un evento inesperado que cambie el curso de la intención de voto.

De continuar la tendencia de la mayoría de las encuestas, el margen de diferencia entre Arce y Mesa puede ampliarse o reducirse. Dato importante es que las encuestas no toman en cuenta las estimaciones del voto en el exterior, el cual representa al menos el 3% y mayoritariamente el 2019 votaron por el MAS. Por lo cual, es alta la probabilidad que Luis Arce gane en la primera vuelta, en la medida que la distribución mayoritaria de las personas que aún no decidieron por quién votarán, tendrán entre sus principales motivaciones la búsqueda de respuestas (la pirámide de Maslow) creíbles y viables que les permitan reactivar la economía, el empleo e ingresos y la crisis de salud. En suma, un contexto futuro de estabilidad social, económica y política, expresado en un gobierno dotado de legalidad y legitimidad. 



sábado, 10 de octubre de 2020

 LAS ENCUESTAS Y LA CEGUERA DE TODOS EN CONTRA

Hay diversas posiciones entorno al uso y la utilidad de las encuestas de carácter electoral. Credibilidad puesta en duda a partir de situaciones que van desde sesgos a favor o en contra de determinadas candidaturas, pero principalmente porque la mayoría de las encuestas presentaron estimaciones que estuvieron alejadas de los resultados finales del acto electoral (2019). Muy pocas de las encuestas reflejan proximidad a los datos finales.

Desde el 6 de septiembre al 9 de octubre tuvimos la oportunidad de ver y analizar las encuestas presentadas por seis empresas/entidades (CIESMORI, MERCADOS Y MUESTRAS, JUBILEO, FOCALIZA e IPSOS). La secuencia temporal y estimaciones cuantitativas no presentan grandes diferencias como las que pudimos observar en la gestión 2019.

Las elecciones del próximo 18 de octubre es el escenario de iniciar la atención de dos prioridades nacionales en un momento vital. La primera, de transición en el mediano a largo plazo con las posibles salidas de renovación o restauración. La segunda, de resolución inmediata de reactivar la economía, el empleo e ingresos, y estabilidad política. Desafíos que en el lapso de un año fue agravado por la ineficiente y pésima gestión pública manchada de corrupción del malogrado gobierno de transición.

La presencia de una manifiesta cruzada de gran parte de analistas, periodistas, comunicadores y la mayoría de los medios de comunicación social por amplificar voces en contra del Movimiento al Socialismo (MAS), soslaya que la población reconoce los zigzagueos de muchos de ellos. Fue casi unánime que ellos apoyaron al gobierno de Jeanine Añez, y tras conocerse los hechos de corrupción rápidamente tomaron distancia y una posición crítica; y en la recta final de las elecciones se enfilan alrededor de la candidatura con mayores posibilidades para enfrentar al MAS. Para muchos de ellos no prima otras razones sino la de ir en contra del MAS, cegándose ante el hecho que más del 40% de la población no variará su opción política.   

Estamos a 38 años de la recuperación de la democracia (10 de octubre 1982), y hemos avanzado bastante. La sociedad boliviana enfrentó momentos difíciles y optó por salidas institucionales enmarcadas por la nueva Constitución Política del Estado. El tránsito por la democracia representativa, participativa e intercultural con inclusión y equidad social y política es el horizonte por el cual recorrerá el país.

Por ello, muchas de las voces que intentan forzar una unidad en el campo de las oposiciones al MAS será infructífera y poco democrática. Además de desconocer lo evidente e invariable que más del 40% de la población boliviana difícilmente dejará de apoyar al MAS éste 18 de octubre. Continuará apoyando en las próximas elecciones subnacionales y proseguirá por un buen tiempo en el escenario político del país.  

Como uno de los criterios de análisis, es oportuno recordar los resultados finales de las elecciones generales del pasado 20 de octubre de 2019, ellos muestran que la alianza de Comunidad Ciudadana llegó a una votación de 36.83%, y el Movimiento al Socialismo alcanzó el 46.64% (lo cual pone en duda la tesis del fraude). La tendencia actual y las estimaciones de las encuestas nos muestra que es casi probable alcanzar y rebasar los resultados del 2019 (en el caso del MAS y Comunidad Ciudadana). Ello es así en la medida que los votos nulos, blancos, secretos y no sabe/no responde oscilan entre el 19% y 21%. De éste caudal de votación aproximadamente el 5% se mantendrá en voto nulo y voto blanco (el 2019 fue 5.04%), lo cual deja que aproximadamente el 16% (indecisos) se distribuirá entre las principales candidaturas (Arce, Mesa y Camacho).

Lo más probable es que la distribución mayoritaria de los “indecisos” apostará por las principales candidaturas (Arce y Mesa). Por tanto, la motivación de la decisión final del voto “indeciso” tendrá como telón de fondo la fuerte incidencia de encontrar respuestas creíbles de reactivar la economía, el empleo e ingresos, la crisis de salud,  la estabilidad social y política (incluido los componentes identitario y antecedentes de las principales candidaturas). 

  NO FUE UN LOGRO LA GESTIÓN DEL COVID-19 EN EL GOBIERNO DE JEANINE AÑEZ Jose Roberto Ballesteros Coca Para el contenido del artículo re...