LUIS ARCE PUEDE GANAR EN LA
PRIMERA VUELTA.
Las estimaciones cuantitativas que nos ofrecen las encuestas, como técnica
de investigación, forman parte y se complementa con otras variables de carácter
cualitativo que motivan la definición del voto.
Las elecciones del próximo 18 de octubre será prácticamente a un año
de las realizadas el 2019. En dichas elecciones se habilitó a 7.315.364
electores inscritos (nacional y exterior), de los cuales emitieron su voto 6.460.515,
significando un ausentismo del 11.69%. El mayor ausentismo se dio en los
electores del exterior 38.43%, y en el territorio nacional no asistieron a las
urnas el 10.38%. (Cuadro N° 1)
Los votos nulos y blancos fueron más elevados en el territorio
nacional con el 5.03%, y en el exterior el 3.96%. Por tanto, el total de los
votos no válidos alcanzo al 5%.
La referencia de los datos históricos de elecciones nacionales indican,
en promedio, que el ausentismo esta alrededor del 10% y los votos no válidos en
el 5%. Estos datos representan que más o menos el 15% de los potenciales electores
habilitados no participan y tampoco votaran por ninguna candidatura.
El nuevo padrón electoral presentado el mes de septiembre llega a 7.332.925
ciudadanos habilitados en el exterior y a nivel nacional, operándose un
incremento del 0.24% respecto del padrón del 2019. En el caso de las personas
habilitadas a nivel nacional hay una adición de 0.82%, pero en el padrón
electoral de ciudadanos bolivianos en el exterior se redujo en 11.55%. (Cuadro
N° 2)
Las últimas encuestas dadas a conocer el domingo 11 de octubre,
exactamente a una semana del acto electoral, confirma las dudas y sospechas que
tiene gran parte de la población sobre la credibilidad de las mismas.
Entre el 8 y 11 de octubre conocimos 4 encuestas (IPSOS, JUBILEO, MERCADOS
Y MUESTRAS, CIESMORI), tres de ellas confirman la preferencia del 42% de la
población hacia la candidatura de Luis Arce del MAS (Movimiento al Socialismo)
y el 34% a Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana). Las estimaciones tienen mucha
proximidad y dan como primero a Luis Arce a menos del 2% para ganar en primera
vuelta. La encuesta de Mercados y Muestras (periódico Página Siete) muestra estimaciones
cualitativamente diferentes que desentona con las tendencias de las tres encuestas.
La encuesta de CIESMORI, con el cálculo de solo votos válidos, da una victoria en
primera vuelta al candidato Luis Arce del MAS con el 10.9%. (Cuadro 3)
El próximo 18 de octubre gran parte de la población asistirá a las
urnas asistirá con una agenda que prioriza la búsqueda de estabilidad y
certezas. Estabilidad económica, social y política que le permita retomar sus
actividades cotidianas y proyectarlas en el corto y mediano plazo, además de dejar
la incertidumbre empeorada por la pandemia y la ineficiente y pésima gestión
pública salpicada de corrupción del gobierno de transición. Y la demanda de certezas
entorno a las medidas creíbles y viables de reactivar la economía, el empleo e
ingresos, la salud y la educación.
El pasado fin de semana se ratificó la cruzada implícita de gran parte
de analistas, comunicadores, medios de comunicación social y sectores
empresariales que intensificaron la presión por realizar todo esfuerzo en
contra del Movimiento al Socialismo (MAS). Fruto de ello fue la declinación de
la candidatura de Jorge Quiroga. El voluntarismo de esta posición no toma en
cuenta el hecho que más del 42% de la población no variará su opción política
por el MAS.
La sociedad boliviana avanzó bastante en los 38 años de democracia. Enfrentó
momentos difíciles de carácter social, económico y político y optó por salidas
institucionales enmarcadas en la Constitución Política del Estado.
El tránsito por la democracia representativa, participativa e
intercultural con inclusión y equidad social y política es el horizonte por el
cual transitará el país. A ello responde el hecho que ahora muchos sectores
sociales tienen directa participación y representación política, y hoy expresan
su presencia activa en la candidatura del MAS. Esta situación se extenderá a las
próximas elecciones subnacionales, como la continuidad de su en el escenario
político del país.
La nueva realidad social y política, a partir del 2005, muy difícilmente
cambiará y aquellos sectores sociales que manejaban el aparato estatal y fueron
desplazados, tendrán que asumirlo en la perspectiva de construir acuerdos y
consensos que le den viabilidad y certezas al país.
La persistencia de la narrativa de forzar una unidad vía la exigencia de
declinar las candidaturas presidenciales de oposición al MAS sin posibilidad de
ganar las elecciones no cesará hasta el 18 de octubre. El afán de algunos
actores políticos de imponer su agenda voluntarista choca con la agenda de
prioridades que tiene la mayoría de la población Los llamamientos a la unidad
por la unidad desconoce las motivaciones y el rechazo a las prácticas de la partidocrácia
el 2005. Así como la imagen que proyecta la presidente transitoria y el
Ministro de Gobierno que hace unas semanas arreciaban en contra de Carlos Mesa sin
guardar ningún calificativo, ahora invocan el apoyo a Mesa. Ésos son los hechos
que gran parte de los electores no quiere que retornen, y será una de las
motivaciones a momento de emitir su voto.
La mayoría de las cuatro últimas encuestas (del 8 al 11 de octubre) nos
recuerda la proximidad a los resultados finales de las elecciones generales del
20 de octubre de 2019. En esa ocasión la alianza de Comunidad Ciudadana llegó a
una votación de 36.83%, y el Movimiento al Socialismo alcanzó el 46.64%. Datos
que cuestionan la tesis del fraude. Sin la presencia de Evo Morales, el MAS
tiene la adhesión de al menos el 42% de la población y es la primera fuerza
política.
La reiterada narrativa al llamado “voto útil”, y la declinación de la
candidatura de la presidente transitoria Añez no refleja que hayan migrado
masivamente a Carlos Mesa. Recordemos que las estimaciones de las encuestas
daban entre el 10% a 12% a la entonces candidata Jeanine Añez, votos que no necesariamente
fueron e irán hacia Mesa, lo cual coloca en duda la adición directa del llamado
al “voto útil” al candidato con mayores posibilidades de enfrentar al MAS. A la
par que la candidatura de Luis Arce continúa creciendo.
Tres de las últimas encuestas marcan una tendencia sostenida de
triunfo del MAS, y una de ellas (CIESMORI) señala la victoria de Luis Arce con
el 10.9% en primera vuelta. En todo caso, es poco probable que esta tendencia se
modifique, tendría que suceder un evento inesperado que cambie el curso de la
intención de voto.
De continuar la tendencia de la mayoría de las encuestas, el margen de
diferencia entre Arce y Mesa puede ampliarse o reducirse. Dato importante es que las encuestas no toman en cuenta las estimaciones del voto en el exterior, el cual representa al menos el 3% y mayoritariamente el 2019 votaron por el MAS. Por lo cual, es alta
la probabilidad que Luis Arce gane en la primera vuelta, en la medida que la distribución
mayoritaria de las personas que aún no decidieron por quién votarán, tendrán entre
sus principales motivaciones la búsqueda de respuestas (la pirámide de Maslow) creíbles
y viables que les permitan reactivar la economía, el empleo e ingresos y la crisis
de salud. En suma, un contexto futuro de estabilidad social, económica y política,
expresado en un gobierno dotado de legalidad y legitimidad.