martes, 14 de abril de 2020


EL ESTADO FRENTE AL MOMENTO DIFÍCIL PARA LOS TRABAJADORES
Jose Roberto Ballesteros Coca

Nuestro país motivado por la presencia de la pandemia del virus Covid-19 (más conocido como Coronavirus), tomó medidas similares a las de gran parte de los países del mundo contener la propagación del virus. Medidas destinadas a reducir la circulación de las personas, desde mediados del mes de marzo. Medias como suspender las clases en las unidades educativas, reducir el horario de trabajo, el inicio de la Cuarentena el 21 de marzo, y ante el bajo cumplimiento de las medidas y la tendencia creciente de nuevos casos positivos, el 26 de marzo se dicta el Estado de Emergencia Sanitaria Nacional, endureciendo las medidas como el cierre de fronteras, restringir el movimiento de personas, y acortar el horario de circulación. 

Es evidente que el Coronavirus y las medidas para enfrentarla,  perturbó  las actividades que realizaban las personas y familias. Parte de estas alteraciones se ubica en el funcionamiento de la economía, a partir de la interacción del consumo agregado de las familias, el gasto del Estado (gobiernos departamentales, municipales  regionales, entidades del sector púbico) y de las inversiones del sector privado se ralentizaron las actividades comerciales, servicios y productivas, y con ello, la disminución de los ingresos.

Son 22 días[1] desde la declaratoria de Cuarentena y del Estado de Emergencia. Diferentes asociaciones, gremiales y organizaciones sindicales han manifestado su preocupación e incertidumbre por la falta y la escasez de ingresos que les permita adquirir alimentos y cumplir con las medidas de la Emergencia Sanitaria. Sin duda que ésta situación es más dramática para quienes viven diariamente de sus actividades laborales.

Frente a esta situación, la Central Obrera Boliviana (COB) señaló la necesidad de contar con apoyo económico por parte del Estado para sobrellevar las necesidades de este periodo que no se sabe por cuánto tiempo más se prologará. Paralelamente, los representantes de las organizaciones del empresariado boliviano manifiestan que estarían considerando la disyuntiva de despedir trabajadores o cerrar las empresas.

Nos interesa en este caso, la posición y las demandas de las asociaciones, artesanos, gremiales y de las organizaciones sindicales, que son los sectores más vulnerables en éste periodo. Sus  preocupaciones giran en torno a la estabilidad laboral, mantener el nivel de sus ingresos, el no despido ahora ni después, el reinicio de sus actividades y la solicitud de apoyo económico por parte del Estado.

La situación actual y futura nos indica que hay la necesidad de nuevas medidas y ajustar otras de forma urgente. Replantear las medidas orientadas a garantizar la vida, de respeto de los derechos, mayor equidad hacia la población que tiene menos condiciones y ésta ante el peligro de agudizar su situación de desventajas económicas y sociales, y en el ámbito laboral, sería una equivocación que los ajustes que requiere la economía, repita la fórmula que el empleo y los salarios sean las variables de ajuste.

En torno a la a demanda de ayuda económica de los sindicatos, artesanos, asociaciones, gremiales y microempresarios, es importante ver cuál será el enfoque que le dará el Estado, la identificación de la población que podría beneficiarse, la complementación con las medidas existentes y los recursos que harán posible las mismas.

La información contenida en la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 2017, no cambió significativamente a la fecha, y para el objetivo de identificar a la población que puede recibir el apoyo económico aun es válido.

Prácticamente 1 de cada 2 personas, 49.83%, forma parte de la Población en Edad de Trabajar (PET), la cual es encargada de generar ingresos para las familias (5.587.807 personas de una población total de 11.216.272); mientras que la Población Económicamente Inactiva (PEI) conformado por Temporales y Permanentes llega 3.370.503 (37.62%); y el resto de la  Población en Edad de No trabajar (PENT) llega a 2.257.962, el 20.13%.

El Gráfico N°1 muestra que al interior de la población económicamente activa, 5.587.807, el 42.1% de las personas que realizan actividades para obtener ingresos son Trabajador(a) por cuenta propia; el 17.8% es Trabajador(a) familiar o aprendiz sin remuneración; la categoría Obrero(a) alcanza al 6.9% y Empleada(o) del hogar el 2%. En otras palabras, de cada 10 personas activas económicamente 7 realizan alguna actividad diaria o semanal para contribuir directa o indirectamente en la obtención de ingresos para la familia. De ahí, las condiciones actuales y necesarias de emergencia sanitaria, que supera 22 días, no pueden dejar de preocuparles el hecho de no contar ingresos para atender las necesidades de sus familias.


En cuanto a la situación de los ingresos que reciben u obtienen la mayoría de la población con alguna ocupación, la información que registra el Cuadro N°1 nos da una aproximación de la realidad de los ingresos promedio mensual (para el propósito del texto, suponemos que la información no tuvo cambios sustanciales al 2019). 



Los datos de referencia plantean que el ingreso promedio mensual de las diferentes categorías en el empleo difícilmente está por encima de Bs.3.000 (Bs.2.777 para el 2017) como promedio general. Así mismo, ratifica que las categorías de Trabajador(a) por cuenta propia, Obrero, Empleado(a) y Trabajadora(o) del hogar reciben menores ingresos al mes. Además, de que se trata del mayor número de personas al interior de la población ocupada.

Las medidas sociales de transferencias económicas que tomó el gobierno refuerzan los bonos ya existentes. Estas políticas de protección social con los que cuenta la población de mayor vulnerabilidad está conformado por el Bono Juana Azurduy de Padilla,[2] incentivo monetario para todas las madres que no tienen un seguro de salud a corto plazo y para los niños menores de dos años, que deben cumplir con los controles médicos; el Bono Juancito Pinto[3] cuyo propósito es incrementar la matrícula escolar, reducir la deserción y disminuir la trasmisión inter-generacional de la pobreza, asignando recursos para cubrir parte del transporte y los útiles escolares; Bono para las personas con Discapacidad[4], beneficio para quienes tienen discapacidad grave y muy grave, registrados en el Sistema único nacional de personas con discapacidad (SIPRUNPCD); y la Renta Dignidad[5], que es un pago mensual, universal y vitalicio a las personas de 60 años o más, para residentes en el país que tienen una renta de jubilación y los que no tienen.

Esta población que accede a los bonos vigentes hace años, serán el medio para acceder a otros sectores de la población y entregar transitoriamente el Bono Canasta Familiar de Bs.400 y el Bono Familia de Bs.500.


Con información proveniente del Informe Presidencial de 2019 y del Ministerio de Salud, se puede estimar que la población que ya tiene bonos, como parte de las políticas sociales del Estado, alcanzaría a 3.567.577 personas representado el 31.50% de la población total del país para el 2017 (11.216.272); el resto de la población que alcanza a 7.751.540 (68.50%) actualmente no tiene ninguna transferencia del Estado, y tal vez, no accedería al apoyo económico que se solicita al gobierno para paliar los efectos del virus, ver Gráfico N°4.
 

Los Cuadros N°3 y N°4 pretenden mostrar que los bonos vigentes y que son utilizados como medio indirecto para beneficiar al resto de la familia de éstas personas, no logra cubrir a la población que tiene la responsabilidad de proveer de recursos e ingresos para al resto de la familia. Nos referimos a la población que está en actividad económica y mayormente se encuentran en las categorías de Trabajador(a) por cuenta propia, Trabajador(a) familiar o aprendiz sin remuneración, Obrero(a) alcanza y Empleada(o) del hogar, que aproximadamente llegaría a 3.844.411 personas, 68.8% de la población económicamente activa. Además, de no tomarse en cuenta a las personas que se ya encontraban en situación de desocupadas antes de la aparición del Coronavirus (Cesantes y Aspirantes), las cuales estarían por encima de 200.000 personas.

Intentamos contribuir con criterios a partir de la situación y condiciones económicas por las que atraviesa la mayoría de la población económicamente activa. Sumado al contexto generado por la pandemia del Coronavirus pueden ayudar a revisar, complementar y/o generar políticas públicas de emergencia nacional, que hagan posible atender las demandas de la mayoría de la población ocupada (68.8%) que no pueden realizar sus actividades para tener ingresos, y expresa la desesperación e incertidumbre de no tener ingresos. 

A partir de los datos e información mencionada, más los datos y la tendencia actual[6] del virus, es inevitable que se prolongue el periodo de emergencia bajo cualquiera de las variantes, sea nacional y/o regional. En ese sentido, es importante considerar que:

a)    La experiencia de las crisis recientes nos muestra que mayormente los Estados transfirieron el costo de la crisis a la sociedad, y dentro de ella a la población con menores condiciones y recursos, lo cual incrementó las desigualdades sociales y económicas. Las políticas públicas que se vayan a adoptar para hacer frente a la pandemia no deberían generar el retroceso de lo avanzado en la disminución de las brechas de desigualdades sociales y económicas.
b)    Una acción e iniciativa general que debería ser promovida por el gobierno, es la convocatoria a un encuentro nacional de alto nivel político, donde las organizaciones políticas acuerden no politizar ni hacer uso electoral de la pandemia; acuerdos e iniciativas para enfrentar el Coronavirus, y los efectos posteriores en los ámbitos de la salud, sociales y la economía; la constitución un nivel nacional de asesoría,  think tank, conformado por profesionales y expertos en las áreas que se requiere para enfrentar éste Reto País.
c)    La mirada de la coyuntura hasta fin de año es claro que debe orientarse por la vida como centro de las acciones del Estado y la Sociedad. En ese camino, las políticas que implementará el gobierno tienen que ser claramente de prioridad y responsabilidad con lo social, evitando señales y medidas equivocadas. Más Estado supone un mayor nivel de coordinación los gobiernos departamentales y municipales, transferir recursos adicionales y fortalecer su capacidad operativa.
d)    Parte de las prioridades en los próximos meses, tiene que ver con acciones estatales que estén dirigidas a entregar ingresos mínimos, proteger el empleo y estimular la economía interna. Entonces, las próximas medidas deben incluir a la población que no tiene ninguna transferencia de recursos, y ampliar las medidas económicas para los pequeños productores del área rural y urbana.
e)    Es trascendental comprender que las demandas de varios sectores de la población por contar con apoyo económico desde el Estado, implícitamente, contiene la expresión de otra parte de población que no tiene la posibilidad de manifestar públicamente similares necesidades. Ignorar la solicitud de apoyo económico por parte de la población que no accede ningún beneficio del gobierno; la petición de medidas para que artesanos, microempresarios, pequeños productores agrícolas reinicien sus actividades; y las necesidades apremiantes de la gente, podrían motivar el incumplimiento de las medidas de emergencia, que dada la situación serán más estrictas las próximas semanas. 
f)     La demanda de las asociaciones, gremiales, artesanos y organizaciones sindicales por contar, temporalmente, con apoyo económico gubernamental es viable y necesario. La población ocupada y desocupada llega a 5.637.549 personas, de los cuales, las personas afiliadas y que aportan[7] al seguro social de largo plazo alcanzaba a 2.286.997 personas (Dependientes 2.074.919 e Independientes 212.078); significa que cerca del 40% tiene una relación laboral de dependencia, y el 60%  al no contar con seguro social de largo plazo realiza actividades por cuenta propia o de forma independiente.
o   Es esta población que necesita el apoyo económico de parte del gobierno. Transferencia de recursos durante el tiempo más delicado del Coronavirus. La identificación de quienes serían los beneficiarios, rápidamente puede obtenerse mediante el cruce de las bases de datos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) y del Servicio General de Identificación Personal (SEGIP).
o   La transferencia de ingresos a ésta población, no solo permitiría realizar la compra de alimentos y otras necesidades básicas, sino también contribuir a reactivar la economía interna, principalmente en la compra de alimentos.
o   Asimismo, el uso del sistema financiero facilitaría la transferencia de ingresos. A diciembre 2019, según la Autoridad de Supervisión Financiera (ASFI)[8], existían 12.063.699 cuentas de depósito, es decir, la mayoría de la población tiene una caja de ahorro; los bancos y otras entidades financieras tienen 3.358 cajeros automáticos (ATM), alrededor de 4.027 puntos de atención entre sucursales, agencias y otros (PAF), y una presencia en el 65% de los municipios. En resumen, es factible utilizar el sistema financiero para entregar dinero a la población que está pidiendo apoyo del gobierno.
o   ¿Cómo utilizar el sistema financiero para entregar el apoyo económico? Técnicamente es posible incorporar el cruce las bases de datos de la población afiliada en las Administradoras de Fondos de Pensiones, la base del Servicio General de Identificación Personal y la base de datos de la Autoridad de Supervisión Financiera. Este medio además de brindar seguridad contribuiría en el mayor uso de la tecnología.
g)    La prioridad en materia de empleo es su protección. Bajo el argumento que la pandemia del Coronavirus habría generado una crisis económica para las empresas, algunos voceros del empresariado boliviano ya manifestaron la posibilidad de recurrir al despido de trabajadores, y tal vez, la reducción de salarios. Esta posición es inaceptable, no debería haber despidos durante y después de la pandemia, al igual que la reducción de salarios.  
h)    Corresponderá a los dirigentes sindicales la proteger la estabilidad laboral, evitar el despido de trabajadores ahora y después, así como el rechazo a la rebaja de los salarios. Para ello, están vigentes la amplia normativa laboral que protege y garantiza la estabilidad laboral. Y las instancias gubernamentales y del Órgano Judicial, tienen el rol principal de hacer respetar el cumplimiento de la normativa laboral en los temas de estabilidad y de salarios.
i)      Hay bastante experiencia país en la implementación de programas de empleo. Los primeros años de la década del 2000, la recesión económica demandó implementar programas de empleo y para microempresas. El Programa Nacional de Empleo (PLANE) ejecutó proyectos para las áreas rurales y urbanas, y la actuación de los municipios a través del Programa de Apoyo a Gobiernos Municipales (PAGM). Los proyectos comprendían infraestructura social, productiva y servicios. En las tres versiones del PLANE, que abarcó desde el año 2003 al 2006, se invirtieron alrededor de 79 millones de dólares. Los entes ejecutores, aparte de los municipios, estuvieron a cargo del Fondo de Inversión Productiva y Social (FPS) y el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).
o   Otra de las experiencias recientes que estuvieron dirigidas a facilitar la inserción laboral de jóvenes fue el  programa “Mi Primer Empleo Digno”, mismo que se amplió hacia algunos municipios; y para la población que no contaba con la formación educativa primaria y secundaria concluidas, y tampoco tenía experiencia laboral, está vigente el “Programa de Apoyo al Empleo – PAE”.   
o   En ese sentido, se cuenta con la experiencia institucional, que más allá de las consideraciones ideológicas y/o políticas, es un Know How con el que se cuenta para implementar programas de empleo como parte de las políticas de protección social, en tiempos donde hay necesidad de estimular la economía interna y ver alternativas de empleo Las herramientas técnicas y administrativas rápidamente pueden ser ajustadas en términos de políticas públicas. 
o   La población que accedería a los programas de empleo estaría compuesta por artesanos, desempleados, trabajadores por cuenta propia, técnicos y profesionales independientes, pequeña y microempresa urbana y rural.
j)      Los incentivos estatales también deben fijar su mirada en la actividad de los pequeños productores agrícolas, cuya producción está dirigida al mercado interno. No solo es importante en términos de abastecimiento de productos agrícolas, sino además por el uso intensivo de mano de obra, por lo cual, los niveles de gobierno central, departamental y municipal tendrían que garantizar el abaratamiento del transporte, semillas y capital de trabajo. Conectado a la  producción agrícola, es pertinente la realización de ferias de precio justo de productores a consumidores en los barrios, y cortar el circuito de especulación y elevación de precios.
o   Inyectar mayor a la liquidez en la economía. Para ello, los programas de crédito para los pequeños productores agrícolas, microempresarios y artesanos de las ciudades tienen que ajustar sus condiciones haciéndolos más accesibles, con menores tasas de interés y la ampliación de plazos. Paralelamente, es innegable la necesidad de reprogramar  los créditos vigentes que beneficiará a pequeños productores agrícolas y microempresas.
k)    Las Reservas Internacionales Netas (RIN), entendido como el ahorro realizado por el país, por todos y todas, son recursos que pueden utilizarse para financias las medidas de protección social y estimular la economía. Todo ahorro tiene el fin de usarse en el futuro para cubrir un gasto previsto o imprevisto, o una posible inversión. El Coronavirus es un imprevisto.
o   El nivel de las Reversas Internacionales Netas a octubre 2019 alcanzaban a 7.433 millones de dólares[9] que significaba el 16% del PIB, por encima del promedio de los ratios RIN/PIB de la región, que permitía cubrir 6 meses de importaciones. En resumen, contamos con un buen nivel de ahorro país, es decir, Reservas Internacionales Netas para financiar las iniciativas y necesidades colectivas.
o   Austeridad en el gasto gubernamental es otro medio de financiar las medidas. Desde el nivel de gobierno central, departamental y municipal la prioridad debe estar dirigida a estimular la economía, proteger el empleo e implementar programas de empleo. Por lo cual, rápidamente  se puede revisar y ajustar el presupuesto de todo el sector público (gobiernos central, departamental, municipal y entidades públicas).
o   La cooperación internacional es una fuente alternativa y complementaria para financiar recursos. Los planes o programados en actual ejecución y los que aún no están en ejecución, bien podrían ser ajustados en función a las prioridades de dinamizar la economía, mantener los niveles de empleo y ver la generación de otras alternativas de empleo.
·         Profundizar la democracia participativa también significa que los niveles gubernamentales (central, departamental, municipal) informen oportunamente a la población, especialmente, en el uso de recursos que provienen de Cooperación Internacional y los del Tesoro General de la Nación. La población boliviana tiene experiencia sobre el mal uso de recursos en casos de desastres imprevistos (ejemplo el terremoto que afectó a Aiquile, Totora y Mizque)[10]. La exigencia de contar con información fortalece la democracia.




[1] La medida de cuarentena nacional fue dictada el 21 de marzo, y el Estado de Emergencia el 26 de marzo. Para el 11 de abril los casos positivos con coronavirus llegan a 300 y los decesos 24.
[2] El programa de transferencias monetarias condicionadas Bono Juana Azurduy (BJA) fue creado mediante Decreto Supremo Nº 0066 de 3 de abril de 2009.
[3] El Decreto Supremo Nº 28899, 26 de octubre de 2006 instituye el subsidio de incentivo a la permanencia escolar denominado “Bono Juancito Pinto”.
[4] Ley Nº 977 de 26 de septiembre de 2017, de Inserción Laboral y de Ayuda Económica para Personas con Discapacidad.
[5] Ley Nº 3791 de 28 de noviembre de 2007, establece la Renta Universal de Vejez ( Renta Dignidad), dentro del régimen de Seguridad Social no contributivo.
[6] Al 12 de abril 2020, los casos confirmados de Coronavirus llegan 330 personas y los decesos a 27; la tasa de letalidad es de 8,17 una de las más altas de la región de Sudamérica.
[7] Información de la Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones y Seguros
https://www.ine.gob.bo/index.php/vivienda-y-servicios-basicos-4/largo-plazo
[8] https://www.asfi.gob.bo/images/INT_FINANCIERA/DOCS/Publicaciones/Inclusion_Financiera.pdf
[10] Terremoto sucedido el 22 de mayo de 1998.
https://www.lostiempos.com/actualidad/local/20170522/se-desviaron-10-millones-dolares-ayuda-internacional


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